Al llegar a Vitalí Spa, en el pintoresco barrio de Condesa, Ciudad de México, los huéspedes son recibidos en el detox bar, donde se sirve un surtido de shots saludables, jugos y kombucha casera. Continúa hacia el espacio de movimiento, donde un instructor guía a los huéspedes a través de una secuencia de estiramientos y movimientos suaves para aumentar la conciencia corporal antes de relajarse para una meditación guiada.
En el siguiente paso del viaje, los huéspedes se relajan en cómodos loungers, se les ofrece una selección de aromas y también eligen un cristal de curación energética para el ritual. Se coloca una mascarilla de ojos antes de realizar un masaje increíblemente relajante de pies y piernas.
A continuación, los huéspedes son conducidos a la sala de tratamiento para el servicio de masaje, que incluye una variedad de técnicas diseñadas para liberar la tensión muscular, relajar y rejuvenecer, manteniendo la atención en el momento.
Al final de este hermoso viaje de conexión, toma un momento para disfrutar de un té, un dulce y una nota de agradecimiento, doblada cuidadosamente en forma de grulla de origami, mientras te sientas en una de las dos sillas capullo colgantes. Al caer la tarde, la ecléctica decoración del Vitalí Spa se ilumina para crear un ambiente cálido, las alcobas que albergan cuencos tibetanos y de cristal cobran vida, y un mandala gigante en el patio delantero brilla con luces de hadas.
Vitalí Spa también ofrece opciones de afiliación y paquetes de tratamientos, para que los huéspedes puedan visitar con regularidad y disfrutar de sus instalaciones, como el sauna infrarrojo para aliviar la tensión muscular, la sala de vapor y el bar de oxígeno para despejar las vías respiratorias con aromaterapia y aumentar la vitalidad. Los huéspedes y socios también pueden beneficiarse de una serie de clases como yoga y tai chi, y de rituales y clases como sanación con sonido y ceremonias de cacao.
Por Sara Jones
Editora
