La pigmentación es un término amplio para explicar los tonos rojos, azules, amarillos y marrones que se ven en la piel.
Lo que en efecto se ve, depende de qué tanto o poco la luz es reflejada o absorbida por la piel. Este es un concepto importante para tener en cuenta cuando se examina a una persona. Entender la pigmentación te ayudará a anticipar las reacciones de la piel ante los servicios profesionales que van desde láseres, exfoliaciones químicas y faciales, hasta aplicaciones de maquillaje.
La hiperpigmentación facial es uno de los signos más comunes del fotoenvejecimiento. Ésta se puede manifestar en varios patrones diferentes. La hiperpigmentación focal en la forma de pequeños léntigos a lo largo de las mejillas laterales, usualmente comienza alrededor de 25-30 años, dependiendo de la exposición solar acumulada, con una acumulación continua de lesiones durante la vida. La pigmentación también puede presentarse en forma de melasma con pigmento reticulado en los lados de la mandíbula lateral de la frente y el labio superior. Por último, la hiperpigmentación puede presentarse como un oscurecimiento general de la piel a partir de una combinación de pigmento de melanina, fibras de elastina fragmentadas y hemosiderina residual.
Los tratamientos tópicos para la hiperpigmentación son problemáticos. Un tratamiento exitoso debe remover de la piel el pigmento existente utilizando ácidos tales como el ácido mandélico y el ácido láctico. También debemos concentrarnos en detener la fabricación de melanina con ingredientes inhibidores de la tirosina y la nueva tecnología de péptidos con propiedades inhibidoras de alfa-MSH. Finalmente, necesitamos prevenir la transferencia de melanina existente a los melanosomas con ingredientes inhibidores de la transferencia de melanosomas como la niacinamida.
Por Dr. Peter Pugliese
Fundador de Circadia