Agregar CBD al aceite de masaje puede aumentar los beneficios del tratamiento tanto para el receptor como para el terapeuta.
No solo ejerce una potente acción antiinflamatoria e inmunomoduladora sobre la piel sin afectar a la mente, sino que también trabaja con los receptores de todo nuestro sistema nervioso periférico para que nuestro sistema nervioso central (SNC) sepa que estamos a salvo.
El CBD ayuda a la relajación muscular, aliviando el dolor, el estrés y las ansiedades, asimismo acelerando la recuperación y el tiempo de curación. Aunque cada persona es diferente, la mayoría notará una reducción casi inmediata de la inflamación y el dolor, lo que hace posible que el terapeuta trabaje más eficazmente.
Se ha demostrado que el CBD alivia los síntomas artríticos y las articulaciones sensibles, descompone el tejido cicatricial, aumenta la movilización dentro de las articulaciones y trata los músculos doloridos, tensos o espásticos. También puede mejorar la salud de la piel, lo que resulta en un aumento del flujo sanguíneo a través de la piel, y una reducción potencial de la psoriasis, eczema, dermatitis, cortes, moretones y piel seca.