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Los esteticistas de hoy en día se enfrentan a una plétora de nuevos productos que afirman mejorar la piel. ¿Cómo podemos diferenciar entre la publicidad y lo que realmente puede ayudar?
Las células madre vegetales se consideran totipotentes, lo que significa que pueden dar lugar a cualquier tejido vegetal. También son abundantes, se pueden encontrar en meristemas superiores de las raíces y los tallos (en los brotes / botones, por ejemplo). Cualquier célula de planta somática puede revertir de su estado diferenciado para convertirse en una célula madre totipotente. Por lo tanto, para cosechar células madre, las empresas que producen células madre a menudo hieren una planta, para que algunas de las células alrededor de la herida se vuelvan a convertir en células madre. Una vez cosechado, el tejido de células madre vegetales se cultiva para producir grandes cantidades para la demanda industrial, un proceso que resulta ser un recurso renovable y respetuoso con el medio ambiente. Para preparar los cultivos de células madre para su uso en un producto, los cultivos se secan hasta convertirse en polvo o se extraen donde se destruye la propia célula madre viva. Cuando los cultivos se secan hasta convertirse en polvo, las células madre se rompen en el proceso. En lugar de secarse, también se pueden extraer los componentes más importantes de las células madre (como cuando se hace un jugo o se prensan las aceitunas para obtener su aceite) y en este caso los extractos también se secan y luego se vuelven a suspender en disolventes.
Tal vez como protección durante o como resultado de su rápida división, las células madre son ricas en potentes antioxidantes que proporcionan grandes ventajas a la piel humana. Cada especie de célula madre también producirá su propio perfil especial de metabolitos secundarios, es decir, moléculas que no son necesarias para el crecimiento y la reproducción de la célula. Los metabolitos secundarios a menudo coevolucionan con el medio ambiente de una planta para disuadir a los depredadores o atraer a otros organismos para beneficio mutuo. A pesar de todo, son los metabolitos secundarios los que a menudo son beneficiosos para la piel humana, activando las vías de protección en las células humanas o estimulando el crecimiento y la división. Las células madre de la uva son un excelente ejemplo de estas acciones; producen un perfil de metabolitos que son fotoprotectores para la piel humana y retrasan la senescencia celular. Muchos metabolitos secundarios también actúan como compuestos antimicóticos o antibacterianos que proporcionan una mayor protección para la piel. Por ejemplo, la lila y el marrubio vulgar contienen verbascósido, un compuesto conocido por su actividad antimicrobiana y antiinflamatoria.
Como con cualquier nueva categoría de ingredientes, la desinformación rodea el uso de células madre en el cuidado de la piel. La validez científica debe ser utilizada en la formulación del cuidado funcional de la piel, los clientes deben ser educados para tener expectativas realistas en el uso de productos que contengan células madre.
Michael Pugliese, Director Ejecutivo, Circada by Dr. Pugliese
