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Ya es hora de que los operadores de spas empiecen a analizar lo que la gente quiere. En la era de los sanitarios de género neutro, ¿por qué las visitas a un spa tienen que ser segregadas por género en países donde la religión no dicta lo contrario? Con una vida moderna que fomenta la inclusión en muchos aspectos, ¿por qué seguimos tan arraigados en la creencia de que una pareja que visita un spa en conjunto quiere disfrutar de una sauna, un baño de vapor y otras instalaciones de hidroterapia por separado? De acuerdo, hay algunas personas que prefieren usar estas instalaciones en privado, pero la gran mayoría de las personas quieren estar juntas, especialmente si una visita al spa es un evento social en grupo o parte de unas vacaciones.
Los grupos hoteleros parecen haberse quedado estancados en el tiempo, trabajando con estándares de hace décadas. A menudo no se superan los límites porque todo el mundo se atiene a estos estándares y nadie quiere sacudir el barco. ¡La industria necesita despertar y ver cómo la gente socializa hoy en día!
Tal vez son las agencias de evaluación las que están retrasadas en el tiempo, para obtener una calificación de 5 estrellas de Forbes, un spa de hotel debe tener sauna y vapor separados para hombres y mujeres. No solo es injusto forzar a los hoteles a hacer esto, sino que se basa en
prácticas de antaño. ¿Por qué invertir en instalaciones duplicadas cuando se podría crear una experiencia mucho mejor para los huéspedes con el mismo presupuesto?
Es hora de que esto cambie, los presupuestos de hospitalidad necesitan rentabilizar al máximo su dinero y el spa o centro de bienestar moderno necesita atender a las generaciones venideras y a su forma de vida.
Director General, Design for Leisure
Presidente, Global Wellness Institute Hydrothermal Initiative
